Mensaje de Mayo 2025

Queridos hermanos en la fe,

En este mes de mayo celebramos la Fiesta de Pentecostés, establecida por el Señor desde tiempos muy antiguos. El pueblo de Israel presentaba delante de Dios el fruto de su trabajo, reconociendo Su fidelidad y bendición por las gracias alcanzadas.

Esta Fiesta también simboliza el día en que los Apóstoles de Jesús recibieron el Espíritu Santo, hablando en lenguas desconocidas y maravillando a todos. Aquel día se cumplió la promesa de Nuestro Señor Jesucristo cuando dijo que no nos dejaría huérfanos, pues nos mandaría el Consolador Divino para acompañarnos en este camino.

Con la mente en estas cosas, procuremos profundizar en lo que el Señor nos pide: que creamos que Él es nuestro único Salvador y que sigamos su camino. A cambio, Él nos guiará por limpios senderos, de paz y bendición, junto al Espíritu Santo, que nos guiará en todo camino y verdad.

Ese mismo Espíritu que los hizo hablar en lenguas a los Apóstoles, que los llenó de gozo y de potencia, es el mismo que hoy habita entre nosotros. Es el Espíritu que nos muestra el camino, nos ilumina y aclara todas las cosas. El Espíritu Santo que se hace presente en todo lo bueno: en la comunión que sentimos al oír la Palabra de Dios, en las lágrimas al meditar en las Escrituras, o en la sonrisa al recordar la gracia de estar en la verdad.

Es el Espíritu que desborda nuestro corazón de amor. El que nos acompaña día y noche, y nos conduce por caminos de justicia.

¡Qué bendición tan grande tenemos los hijos de la Santa Trinidad!

Al Dios solo Sabio y Eterno, sea la gloria y el imperio por todos los siglos. Amén.